VIENNA, Austria — Una exclamación de asombro, emoción y vítores estallaron hoy en el Simposio del Planeta Viviente de la ESA como una nueva ventana llamativa en los bosques de la Tierra, desiertos y glaciares abridos con el lanzamiento de las primeras imágenes del satélite de biomasa de la ESA.
Presentado en el Simposio del Planeta Viviente 2025 en Viena, las imágenes marcan un hito importante en nuestra comprensión de cómo la Tierra almacena el carbono, y cómo el cambio climático está transformando los ecosistemas.
Solo dos meses después del lanzamiento, la misión de biomasa de la ESA ya está cumpliendo su promesa, ofreciendo un vistazo al potencial de su novedoso sistema de radar. Aunque la misión todavía está en su fase de puesta en marcha, las primeras imágenes ya están mostrando las capacidades del satélite.
«Estas primeras imágenes son espectaculares, y son solo una mera visión de lo que aún está por venir», dijo Michael Fehringer, gerente de proyectos de biomasa de ESA, en un comunicado. «Como es la rutina, todavía estamos en la fase de puesta en servicio, ajustando el satélite para garantizar que entregue los datos de la más alta calidad para que los científicos determinen con precisión cuánto carbono se almacena en los bosques del mundo».
Los líderes de la ESA ya elogian los esfuerzos de los muchos científicos detrás del programa. «Fue extremadamente emocional porque era el trabajo de cientos de personas», dijo Simonetta Cheli, Simonetta Cheli, directora de programas de observación de la Tierra de la ESA, en Space.com en una entrevista. «Es muy simbólico del esfuerzo detrás de escena y el potencial que tiene esta misión».
Primeras imágenes de biomasa
Bolivia — bosques tropicales y el río Beni
Esta primera imagen captura una región vibrante de Bolivia donde la selva tropical se encuentra con las llanuras de inundación fluviales. Bolivia ha sufrido una deforestación significativa, principalmente debido a la expansión agrícola. En la imagen, diferentes colores resaltan ecosistemas distintos: verde para la selva tropical, rojo para humedales boscosos y llanuras de inundación, y morado azul para pastizales. La línea de serpiente oscura del río Beni, que fluye libre y sin duda, atraviesa el paisaje.
«Muestra la belleza de nuestra tierra y lo que podemos hacer para protegerla», dijo Cheli en una conferencia de prensa después del lanzamiento de la imagen de biomasa en el Simposio Living Planet, Viena.
Bolivia-Comparación de biomasa vs Sentinel-2
En esta imagen emparejada, el mismo paisaje boliviano se muestra como se ve por la biomasa y por Copérnico Sentinel-2. Aunque pueden parecer visualmente similares, solo la biomasa, con su radar de banda P penetrante, captura la estructura del bosque vertical completo debajo del dosel. Esto hace que sea mucho más efectivo para medir la biomasa forestal y el contenido de carbono. Si bien Sentinel-2 se limita a las características de la superficie, la biomasa desbloquea una vista 3D de los bosques vitales para una contabilidad precisa de carbono.
Brasil — Fuera de la selva del norte de Amazonas
Esta sorprendente vista sobre el norte de Brasil fue la primera imagen devuelta por la biomasa. El radar del satélite revela diferencias sutiles de terreno y vegetación en la selva amazónica. Los tonos rojos y rosados indican humedales y llanuras de inundación boscosas, especialmente a lo largo de los ríos, mientras que las regiones verdes representan bosques densos y una topografía más resistente en el norte. La imagen sugiere el potencial de la biomasa para monitorear la salud y la estructura del bosque en áreas remotas y ecológicamente críticas de la cuenca del Amazonas.
Indonesia — Las selvas volcánicas de Halmahera
Esta imagen presenta la selva tropical de Halmahera en Indonesia, revelando una topografía compleja formada por las fuerzas volcánicas. Mount Gamkonora, aún activo, es visible cerca de la costa norte. A pesar de la densa vegetación, el radar de biomasa puede penetrar el dosel para exponer los contornos de los volcanes y el suelo del bosque circundante. Es un ejemplo sorprendente del poder del satélite para mapear la biomasa y el terreno, crucial para comprender la dinámica del paisaje de las regiones tectónicamente y volcánicamente activas.
Gabón — Bosques y el río Ivindo
En esta imagen, la biomasa mira el corazón de la cuenca del Congo de África, capturando los densos bosques de Gabón y el sinuoso río Ivindo, una línea de vida ecológica. El río y sus afluentes aparecen claramente en un rico fondo verde que representa la selva tropical ininterrumpida.
Chad — Estructura del desierto del Sahara
Aquí, la biomasa revela estructuras ocultas debajo de las arenas del Sahara en el norte de Chad, incluidas partes de las montañas de Tibesti. Su radar de banda P puede penetrar hasta cinco metros debajo de la superficie del desierto, exponiendo las formas de los antiguos lechos de los ríos y las formaciones geológicas enterradas por el terreno árido. Esta capacidad abre nuevas fronteras en la investigación paleoclimática y el mapeo de agua subterránea, especialmente en entornos extremos que una vez se consideran demasiado opacos para la teledetección.
Antártida — Montañas Nimrod Glacier y Transantártica
La imagen final muestra el paisaje congelado de la Antártida, donde el glaciar Nimrod fluye hacia el estante de hielo Ross junto a las montañas transantárticas. El radar de la biomasa puede ver el hielo, insinuando su capacidad para rastrear las estructuras internas del hielo y las velocidades de flujo. A diferencia de las misiones de radar de longitud de onda más corta, la biomasa puede desbloquear datos clave sobre la dinámica y la estabilidad de la capa de hielo, crítico para comprender el aumento futuro del nivel del mar en un mundo de calentamiento.
Si bien estos primeros resultados aún no están calibrados para el análisis científico, confirman que la biomasa está en camino de cumplir, y posiblemente superar, sus objetivos ambiciosos.
Con una misión diseñada para abarcar cinco años, la biomasa proporcionará una cobertura global consistente de las regiones boscosas de la Tierra, contribuyendo con datos vitales para los modelos climáticos, los esfuerzos de conservación y la contabilidad de carbono. A medida que el satélite pasa al modo operativo completo, los científicos anticipan ansiosamente los conjuntos de datos que podrían transformar cómo monitoreamos, y protegemos, los pulmones vivos de nuestro planeta.